Las emociones son respuestas del organismo a nuestro estado y nos dicen qué hacer con él. Nuestro cuerpo percibe el contacto con los otros y se emociona, y desde esa realidad interactuamos y notamos la emoción del otro también.
Hoy transitamos un contexto difícil por lo que estamos atravesando mundialmente, pero no debemos dejar de acompañarnos emocionalmente y seguir adelante.
Desde nuestro rol, kinesiólogas de la escuela, pensamos en todos nuestros alumnos como así también, en sus familias y sabemos que cada uno presenta una situación, postura y movilidad única.
Por tal motivo recordaremos puntos esenciales para acompañarlos, con el objetivo de sobrellevar este aislamiento y señalaremos cómo mantener una buena postura para favorecer la máxima funcionalidad en los chicos.
RESPIRAR:
Uds. creen que nosotros sabemos respirar? Les decimos que la mayoría de las personas no lo saben hacer bien. Entonces les proponemos este sencillo ejercicio para realizarlo todos los integrantes de la familia. Pueden hacerlo al aire libre (patio o jardín) o delante
de una ventana.
Inspiramos hondo por la nariz todo el aire que podamos como si necesitáramos inflar un globo. Mantenemos el aire, contamos 1.2.3.4 y sacamos el aire lentamente por la nariz o la boca soplando suavemente. Es de nuestra preferencia la inspiración (tomo aire o inhalo) y espiración (suelto el aire o exhalo) por la nariz, porque los pelitos cumplen una función de filtrar el aire ante toda partícula que pueda encontrarse en el ambiente. Si se puede hacer al aire libre, es mejor porque el oxígeno que se respira es más puro.
MANTENERNOS ACTIVOS:
Si permanecemos mucho tiempo sentados, nuestro cuerpo nos reclama y pide movimiento. Para los chicos que pasan muchas horas en una silla postural, es importante sacarlos y ofrecerles distintos planos a los cuales puedan acceder y estén protegidos.
Buscar distintas posiciones en una cama, en el piso sobre una frazada o colchoneta, en una silla común con apoyabrazos para quienes tienen control de tronco.
El cambio de posturas durante el día es esencial porque de esa forma se evita que puedan producirse úlceras o escaras por sedestación o decúbitos prolongados, que ante la falta o pérdida de movimientos voluntarios, se altera la circulación en lugares específicos y los
relieves óseos lesionan de adentro hacia afuera.
No olvidar el uso de almohadones, mantas o suplementos en esos lugares donde por ejemplo aparece en la piel un marca roja que demuestra que allí hubo presión, no sólo externa sino interna.
La bipedestación, la marcha o cualquier otro desplazamiento han de formar parte de la rutina diaria para quienes puedan realizarlas.
Estimular las actividades de la vida diaria fomentando la autonomía y respetando el tiempo que sea necesario para cada uno, como lo han mencionado anteriormente las terapistas ocupacionales.
En especial, ya que cuentan con mayor tiempo que antes y están en casa para cuidarnos entre todos, pueden enseñarle y practicar, (al que tiene la posibilidad) por ejemplo, a cortar con cuchillo, usar adecuadamente la servilleta, a comer lo más prolijo que pueda, para poder demostrar socialmente tener buenos hábitos adquiridos, dependiendo lo menos posible de un otro.
Les mandamos un abrazo virtual a cada uno de nuestros alumnos y familias y no duden en consultarnos cualquier inquietud que se les presente.
Kinesiólogas: Elizabeth Cabanes, Susana Iotti y Roxana Cázeres
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